By Enriquecedoras actividades en la Población Ferroviaria y Barrio Centenario
En el marco de las actividades programadas para celebrar el Mes del Patrimonio en Los Andes, se realizaron dos jornadas cuyo objetivo fue unir generaciones: personas mayores y niños de establecimientos educacionales, para juntos aprender en base a las experiencias del otro.
Una de las actividades se realizó por la mañana en la Población Ferroviaria y en la tarde en el tradicional Barrio Centenario. Em ambas jornadas los estudiantes de establecimientos educacionales aledaños pudieron aprender cómo era la vida hace décadas atrás, en voz de vecinos y vecinas que ya cuentan con algunos años más de experiencia y sabiduría en el cuerpo.
Las instancias fueron organizadas por el Centro Cultural de Los Andes, con apoyo del Programa Quiero Mi Barrio Casco Histórico, Escuela Ferroviaria, Escuela John Kennedy y Colegio Humberto Casarino, y las propias juntas de vecinos, quienes respondieron con mucho interés a ser parte de estas jornadas.
Vehículos, tecnología, vestuario, utensilios domésticos como planchas, máquinas de escribir, televisores, fueron algunos de los objetos que se presentaron a niños y niñas, con el fin de que aprendieran de las funciones de cada uno y cómo la vida ha ido evolucionando para hacerla mucho más simple en estos días.
Camila Bustos, Subdirectora de Cultura, Turismo y Patrimonio, señaló: “la actividad ha resultado muy significativa para ellos, acercarse a muchos objetos que ya no forman parte de la vida cotidiana, pero que sin duda forman parte de nuestro legado y de nuestro patrimonio. También quisimos resaltar la riqueza en conocimiento que nos pueden traspasar las personas mayores”. Ignacio León, Director de DIDECO del municipio andino agregó: “es un entrelace generacional muy positivo, las personas mayores tienen muchas tradiciones y muchas historias que contar. Esperamos replicar estas actividades durante el año”.
La interacción de la Población Ferroviaria con el establecimiento educacional
Loreto Zumaeta llegó a vivir a la Población Ferroviaria durante la pandemia. Junto a su marido, Julio Alegría, son amantes de las antigüedades: “trajimos algunas planchas a carbón, juguera, una balanza que usaba Correos de Chile para pesar las cartas, máquinas de coser que funcionaban con manivelas, radios, casetes, televisor…” Sobre esta actividad, Loreto dijo: “es interesante que los niños conozcan las cosas que se usaban y se imaginen lo difícil que era la vida, porque la vida era bastante más difícil que ahora”.
La junta de vecinos de esta tradicional población de Los Andes respondió a la invitación de la Municipalidad para lograr el éxito de la iniciativa comunitaria, aportando con sus testimonios y tesoros que muchos mantienen en sus hogares. Carlos Carroza, presidente de la Junta de Vecinos agregó: “ha sido muy positivo, se reúnen los vecinos junto con la escuela y su comunidad educativa. Han traído sus objetos y cuentan un poco de la historia”.
Jornada en el mítico Barrio Centenario
Uno de los barrios más antiguos de Los Andes es Centenario, sector de la comuna que acogió esta actividad patrimonial donde los vecinos fueron los protagonistas. Héctor Donoso, presidente de la junta de vecinos, dijo: “cerca del 20 por ciento de la población de Centenario lo componen personas mayores, ellos siempre participan, han querido compartir y mostrar algunos recuerdos que tienen en la familia”.
Silvia Páez, siempre ha vivido en Centenario, participó con diversos objetos: “ollas, planchas, alcancías, radio antigua, reloj, teléfono… la radio la compré con mi primer trabajo en el año 66”. María Vera, vecina de Centenario, también opinó sobre esta actividad: “me parece bien para que los niños aprendan. Tenemos que relatarle la historia de nuestros abuelos o bisabuelos a los niños pequeños, para que no se pierda”.
Con esta iniciativa se cumplen múltiples objetivos. Por una parte recuperar la cultura del respeto por las personas mayores, propiciar el intercambio de experiencias y conocimientos por parte de unos y de otros. Es una acción que persigue incrementar la convivencia y potenciar la comunicación intergeneracional, espacios en los que puedan comprenderse, independientemente de los años que los separen.
