El Obispado de San Felipe emitió una declaración pública tras la emisión de un reportaje por Canal 13 que reveló graves acusaciones contra el sacerdote Gustavo Adolfo Morales López, quien ejercía funciones en la Iglesia Santa Rosa. El caso ha generado fuerte impacto en la comunidad local.
Según detalló la diócesis, al recibir la denuncia de una mujer adulta —quien pidió confidencialidad— se activó una Investigación Previa, conforme al Canon 1717 del Derecho Canónico. Esta etapa busca esclarecer si los hechos relatados tienen verosimilitud. La denunciante fue acompañada desde el inicio del proceso.
La investigación fue liderada por un instructor externo a la diócesis, quien concluyó que el sacerdote incurrió en faltas graves al sexto mandamiento con la denunciante, es decir, conductas sexuales inapropiadas.
Ante este resultado, se adoptaron medidas disciplinarias contempladas por la Iglesia, incluyendo seguimiento psicológico y espiritual, además de propuestas de cambio de vida. El Obispado advirtió que, si no hay una real enmienda en su comportamiento, Morales podría ser apartado del estado clerical, lo que significaría dejar de ejercer como sacerdote.
En su declaración, la Iglesia agradeció el valor de la denunciante, señalando que su testimonio permitirá prevenir nuevas situaciones dolorosas y mejorar la atención pastoral. “Tenemos un solo corazón respecto a cualquier tipo de abuso: erradicarlo de nuestras comunidades”, sostuvo la autoridad eclesiástica.
El caso ha remecido a los feligreses y revive las críticas hacia el manejo interno de denuncias en la Iglesia, especialmente cuando afectan la confianza de las comunidades locales.