Este martes 1 julio, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones anunció las bases para la licitación de la compra de 600 microbuses para el gran Valparaíso, con el fin de renovar un tercio de la flota que circula por la capital regional, junto con otras comunas cercanas, como Villa Alemana y Quilpué.
Si bien se entiende la inversión y la necesidad de mejorar un aspecto muy cuestionado de la ciudad porteña, resulta curioso que este tipo de esfuerzos por renovar espacios ya consolidados, siempre estén enfocados en ciudades que tienen un robusto sistema de transporte, incluso intercomunal, mientras que otras provincias, que necesitan apoyo para terminar de crear dichos espacios, sigan a la espera de fondos, o siquiera de un proyecto para dar una solución a la gente que no tiene auto propio, precisamente como el caso de las comunas del Valle de Aconcagua.
Hoy el transporte público vive una crisis, teniendo autoridades como Benigno Retamal, actual Seremi de la Cartera y que vive precisamente en Los Andes, una de las ciudades abandonadas en la materia, donde hoy se vive sin un medio de transporte público o masivo.
El territorio ha sufrido la pérdida casi total del transporte de pasajeros, con la desaparición de las micros, el aumento evidente del parque automotriz particular y con colectivos que deben rebuscar, con temporadas muy malas de las que hacerse cargo cada año, trabajando casi exclusivamente en horarios que les generen los ingresos para que sea rentable su negocio, lo que hace rentable el transporte de aplicación.
Porque a pesar, incluso, del aumento en el precio de las bencinas, no se ha desincentivado el uso del auto particular para todos los efectos, porque es preferible usar la bencina que se carga al mes, que además pagar colectivo en alguna ocasión. Lo cierto, es que, en el Valle de Aconcagua, sin auto es prácticamente imposible transportarse entre comunas los fines de semana, por lo que, en perspectiva, la inversión tendría que estar más por sostener sistemas de transporte de pasajeros que sean eficientes y sustentables en el tiempo, al menos en Valparaíso hay micros toda la noche, aquí no hay.