COLUMNA: Estrategias de diversión familiar: juegos tradicionales y modernos para reuniones en el Valle

COLUMNA: Estrategias de diversión familiar: juegos tradicionales y modernos para reuniones en el Valle

Las reuniones entre familia y amigos siempre han sido una parte fundamental de la vida en el Valle de Aconcagua. Mediante Fiestas Patrias, Navidad o aniversarios, así como en los típicos asados de fin de semana, reunirse ha sido siempre una forma de fortalecer lazos entre generaciones. El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ya ha reconocido a juegos tradicionales como la rayuela, el trompo y la cuerda como parte del patrimonio cultural chileno.

Juegos tradicionales versus juegos modernos

Los avances sociales y tecnológicos han traído consigo una nueva ola de juegos de mesa que también pueden disfrutarse en familia, como “Dixit” o “Catan”, que han ganado popularidad por su capacidad de involucrar a personas de todas las edades.

Además, la digitalización ha abierto la puerta a nuevas formas de entretenimiento, como los casinos en línea, que ofrecen una amplia variedad de juegos de azar accesibles desde cualquier dispositivo. Un ejemplo es Lucky Casino, un casino en linea de lo más popular que puede jugarse aquí y permite disfrutar del juego desde la comodidad del hogar.

Proteger la tradición

Estos juegos que han pasado de abuelos a nietos forman parte del patrimonio cultural de la región y, si bien es importante adaptarse a un nuevo mundo donde predomina la tecnología, también debemos proteger la historia. La rayuela (conocida en otros lugares como “payaya” aunque son ligeramente diferentes), por ejemplo, no solo es un juego de puntería. También una oportunidad para aprender a respetar reglas y celebrar los logros de los demás. La brisca, un clásico de las cartas, enseña a pensar estratégicamente y a trabajar en equipo.

Innovar en tecnología

La influencia de la tecnología en la vida cotidiana del Valle de Aconcagua ha transformado también la manera en que las personas se entretienen durante sus reuniones. Títulos como “Catan”, “Dixit” y “Uno” o juegos digitales como “Mario Kart” y “Just Dance” se han convertido en favoritos por su capacidad de resultar interesantes a distintos grupos de edades.

Se estima que alrededor del 15% de la población chilena conoce los juegos de mesa modernos, aunque el porcentaje de quienes efectivamente poseen o juegan regularmente es menor. Estudios académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile han demostrado que los juegos de mesa tienen efectos positivos en habilidades cognitivas y educativas, especialmente en niños.

La importancia de recordar el origen

Uno de los juegos tradicionales más representativos que aún se mantienen con fuerte arraigo en el Valle de Aconcagua es la brisca, un clásico de cartas que ha acompañado a generaciones en reuniones familiares y festividades locales. De origen europeo, llegó a Chile durante la época colonial y rápidamente se integró a la vida cotidiana de las zonas rurales del valle, donde las largas jornadas agrícolas y las tardes en torno al fogón favorecían el encuentro y la sociabilidad.

En el Valle de Aconcagua, la brisca se juega con una baraja española de 40 cartas y requiere de estrategia, memoria y trabajo en equipo, lo que la convierte en una herramienta clave para fortalecer los lazos familiares y transmitir valores como el respeto por las reglas y la sana competencia.

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