By La paciencia se agotó en la población Los Copihues, en Los Andes. Han pasado años de denuncias, reuniones y promesas incumplidas, y el departamento 14 del primer piso del block Jaime Atria continúa afectado por filtraciones de aguas servidas, un problema que mantiene al conjunto en condiciones indignas, con malos olores, humedad y un riesgo sanitario permanente.
Ese departamento, que pertenecía a adultos mayores bajo la figura de comodato, hoy no se encuentra habitado. Sin embargo, las constantes filtraciones siguen acumulando, lo que alarma a los vecinos por la pestilencia y el foco de contaminación que se genera en el entorno inmediato.
Los residentes recalcan que la situación no es nueva. Por más de 15 años han exigido al SERVIU una solución definitiva, pero lo único que reciben son medidas paliativas: la municipalidad envía de vez en cuando un camión limpia fosas, un parche insuficiente que no resuelve el problema de fondo.
Lo más grave, denuncian, es que el SERVIU está plenamente informado. En enero pasado, funcionarios del servicio llegaron al lugar, escucharon los testimonios, revisaron la zona y confirmaron el punto exacto de la rotura de la cañería. En esa misma instancia se prometieron reparaciones, pero hasta ahora no se ha hecho absolutamente nada.
El cansancio es evidente. “Estamos aburridos, ya no queremos más reuniones ni explicaciones, queremos soluciones”, enfatizan los vecinos, quienes ven cómo pasan los meses sin que exista voluntad de actuar. Para ellos, no se trata de un problema técnico imposible de resolver, sino de una indiferencia inaceptable de la autoridad, que mantiene a la comunidad expuesta a un foco de insalubridad evitable.
