Las nuevas modalidades de empleo que se encuentran en auge abarcan los denominados trabajadores autónomos. También se les conoce como independientes o trabajadores por cuenta propia, ya que no dependen exclusivamente de ninguna empresa o institución y ejercen libremente.
Ellos son la respuesta a un entorno con disponibilidad de recursos tecnológicos que han permitido la existencia del trabajo remoto y en el que parece cada vez más distante la idea única del trabajador corporativo, con horarios de 9 a 5 dedicados a una sola empresa. Es el mismo panorama en el que existen la televisión por streaming y los juegos en línea con bonos, como el de Vulkan Vegas 50 giros gratis.
En las siguientes líneas explicaremos todo lo que necesitas saber si estás pensando en pasarte a esta forma de trabajo o si ya lo eres y quieres legalizar tu situación.
¿Qué significa ser un trabajador autónomo?
Se entiende por trabajador autónomo a una persona que realiza directa y habitualmente labores por las que recibe una remuneración establecida, sin estar sujeta mediante contrato de trabajo a sus pagadores. Es decir, es un individuo que ejerce libremente su profesión u ocupación, sin tener patronos o empleadores formales. En tal sentido tiene mayor libertad que un trabajador vinculado mediante contrato y puede repartir sus tiempos y esfuerzos según le convenga.
También hay que decir que los trabajadores autónomos no perciben un salario fijo por concepto de nómina, sino tienen ingresos variables. Estos dependen de su productividad y de los clientes o pagadores que tengan en el momento.
Hay muchos tipos de trabajadores y empresarios que entran dentro de esta categoría. En lo referente a la contratación de profesionales, no son pocas las empresas que se han decantado por la búsqueda de autónomos que presten un servicio o satisfagan una necesidad puntual, en lugar de contratar trabajadores a plazo indefinido a los que hay que pagar un salario y compensar con otros beneficios. La adaptación de trabajadores y contratistas a estas nuevas modalidades forma parte de una transformación paulatina del mercado, que viene suscitándose desde hace algunos años.
Tipos de trabajadores autónomos
Los trabajadores por cuenta propia han existido desde siempre. Todos en algún momento hemos contratado a un taxista, electricista, pintor, carpintero o peluquero para una labor puntual y les hemos pagado por sus servicios. Los músicos, actores y artistas plásticos también entran dentro de esta rama, asimismo los abogados y contadores, muchos diseñadores gráficos y redactores.
Los campos en los que es posible trabajar de manera autónoma son muy variados y de acuerdo a la rama y condiciones en que se ejerza la labor u ocupación hay trabajadores independientes de diversos tipos.
Trabajadores autónomos
Es un tipo de trabajador que ha establecido un pequeño negocio propio y cumple funciones solo o puede tener más colaboradores a su cargo. Es el grupo más amplio de autónomos, ya que engloba comerciantes, hosteleros, transportistas, trabajadores de la construcción, peluqueros, masajistas, manicuristas, plomeros, electricistas y un largo etcétera. También abarca a quienes trabajan en ramas artísticas, como actores, pintores, músicos, presentadores y deportistas.
Profesionales autónomos
En este grupo entran los profesionales que prestan sus servicios a empresas o particulares de forma autónoma, pueden ser colegiados o no colegiados. También se les conoce como “freelance” y pueden llevar a cabo sus funciones de forma remota valiéndose de recursos tecnológicos y comunicacionales.
Entre los colegiados están los abogados, ingenieros, arquitectos, contadores, economistas, psicólogos, profesionales de la salud (médicos, farmacéuticos, veterinarios), etc. Entre los no colegiados están redactores, traductores, diseñadores gráficos, publicistas, agentes de seguros, representantes, community managers, entre otros.
Autónomos societarios
Son los empresarios que crean sociedades mercantiles y tienen personal a su cargo. Entran en esta subcategoría los directores o gerentes con 25% del capital de una empresa, los trabajadores con al menos 33% del capital de una empresa o los convivientes de socios de más del 50% de una empresa.
Autónomos económicamente dependientes
Se trata de aquellos trabajadores de cualquiera de las ramas anteriormente descritas que facturan al menos el 75% de sus ingresos a un solo cliente. No tienen más empleados a su cargo.
Autónomos agrarios
Son trabajadores por cuenta propia dedicados a la producción de materias primas de origen vegetal.
Otros
Aquí se encuentran categorizados quienes colaboran habitualmente y se lucran de las actividades económicas de otros autónomos por consanguinidad o matrimonio.
Lo que se requiere para ser autónomo
Lo primero que debes considerar si quieres ser trabajador autónomo es tu idea de negocios. Se recomienda estudiar minuciosamente el mercado para evaluar la rentabilidad y (muy importante) hacerse de una cartera de clientes amplia, dando publicidad a los servicios que se desea prestar.
La otra cuestión que hay que tener en cuenta es la situación ante la ley del trabajador autónomo, ya que, de acuerdo a los estatutos de cada país, ellos también cotizan y pagan impuestos. En España, por ejemplo, deben inscribirse en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social y en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores de Hacienda.