By Si bien es una situación nueva y poco fácil para la madre, el apoyo familiar y profesional son fundamentales en este proceso natural y saludable para la madre y el bebé.
Todas y todos hemos visto fotos en redes sociales de mamas que lucen maravillosas amamantando a sus bebes, los cuales están perfectamente agarrados al pecho materno, sin preocupaciones aparentes para ninguno de los dos. Estas imágenes nos transmiten la idea de que todo es perfecto y fluye de forma natural y sencilla, pero la verdad sobre la lactancia materna es que, a pesar de ser algo natural, no es tan sencilla como vemos en las imágenes.
“Sentía que no era buena madre por no poder alimentar a mi bebe de la forma que todos esperaban, sentía la presión de hacerlo bien y que pareciera fácil, por más que intentaba, la leche no bajaba y no saciaba a mi bebe, la angustia invadía mi cuerpo y las lágrimas empezaban a correr por mis mejillas. Todo eso asociado al enorme dolor que sentía en mis pezones que sangraban por las grietas que se habían formado, por no tener la técnica correcta como decían al momento de alimentarlo. Nunca me había sentido tan vulnerable y frustrada a la vez, la lactancia materna suena maravillosa con todos sus beneficios para la madre, el hijo, la economía y hasta para el planeta, pero en ese momento no lo sentía así…”
Este relato de una madre nos hace pensar que hay muchas razones por las que en un principio la lactancia materna puede ser tan difícil de conseguir y ninguna de ellas son responsabilidad de la madre. Algunas de ellas son el resultado del trauma emocional sufrido en el parto, otras son fisiológicas, es decir, del estado hormonal de la mujer tras el parto. Esto se puede ver agravado por situaciones como la falta de apoyo de las personas que rodean a la mujer, la falta de empatía y la extrema exigencia que existe sobre la mujer que ahora es madre.
Es importante saber que muchas de las dificultades con la lactancia que se experimentan después del nacimiento están fuertemente ligadas con la situación y no con la capacidad real de la mujer. La lactancia materna requiere intentar algo nuevo, utilizar métodos no habituales de cuidados de otra persona, lo cual lo convierte en un reto para cualquier mujer. Sumado a lo anterior, existe también una presión añadida de alimentar a otro ser humano, lo cual resulta muy agotador y estresante por decir lo menos.
No es de extrañar que las emociones estén a flor de piel cuando la mujer intenta alimentar a su bebe, contribuyendo esto a aumentar los niveles de ansiedad y el sufrimiento emocional tras el nacimiento, sobre todo si este no fue en las condiciones que ella y su pareja esperaban.
Vale la pena señalar que algunos estudios han descubierto una relación entre el tipo de parto y su impacto en la lactancia materna. Un estudio encontró que las mujeres que tuvieron cesárea presentaban menores niveles de prolactina y un menor pulso de liberación de oxitocina al lactar, durante un par de días después del nacimiento; esto en comparación con las que tuvieron partos vaginales.
Sabiendo que tanto la prolactina como la oxitocina son críticos para la lactancia exitosa, es comprensible que una mujer que se recupera de una cesárea podría necesitar ayuda especial para superar estas dificultades hormonales, para así lograr una situación más optimista de lactancia materna.
Pero no solo las madres que han parido por cesárea presentan dificultades con la lactancia, también lo hacen aquellas que han tenido un forceps y un parto estresante, lo que sugiere que cualquier nacimiento donde haya altos niveles de estrés, tiene el potencial para trastornar el delicado equilibrio de las hormonas y, por ende, las posibilidades de lograr una lactancia materna exitosa y saludable.
Es por estas razones que queremos enfatizar que los problemas que se presentan en la lactancia materna están relacionados con situación y no con la madre. Hay muchas razones por las que amamantar puede ser difícil, pero ninguna de ellas es responsabilidad de la madre.
Por este motivo, es necesario otorgar las facilidades para que la madre pueda solicitar ayuda. Es importante también que la madre sepa que ella no es el problema, y que está rodeada de familia y equipos de salud que pueden colaborar con ella y asesorarla profesionalmente.
Si bien el derecho a amamantar es una opción y no una obligación, la madre y la familia deben estar al tanto que los beneficios de la leche materna son muchos y necesarios para el bebé y esa es una realidad que nadie puede negar.
