OPINIÓN: Entre la ignorancia y la usura está la Natividad por Concejal Alejandro Tapia

OPINIÓN: Entre la ignorancia y la usura está la Natividad por Concejal Alejandro Tapia

Urge más que un copy paste para entender el colapso de la educación.

En la bullada propuesta del oficialismo para “resolver” el problema de la educación se pretende transferir plata para que los futuros alumnos de ese grupo que llaman vulnerable o pobre intente comprar donde puedan su educación. La idea suena bien pero funcionará mal. Para promover la jugada en los medios que manipulan la opinión como el tristemente celebre diario La Segunda, se ha echado a correr esta versión clasista del problema en la que Natividad (Llanquileo) es la fiel representante del grupo al que “quiere favorecer” el gobierno, mientras que Camila (vallejo) representa a los privilegiados que reclaman de satisfechos.

Nada más sospechoso en Chile que las pretendidas acciones benefactoras desde las políticas públicas. Así se instalaron en su tiempo Isapres, AFPs, y cientos de servicios privados ineficientes y más caros que los públicos. Estas acciones no solo son de corte nacional si no que las hay en versiones locales como las brillantes concesiones de estacionamientos subterráneos en Los Andes y San Felipe. Sus efectos a la larga suelen ser francamente perversos. Por eso la manida propuesta de transferir recursos a los institutos que están fuera del Consejo de Rectores es altamente sospechosa de portar como las otras el  virus del lucro.

Lucrar con la enseñanza es legitimo y deseable afirman desenfadadamente en privado los empresarios de la educación, los más fundamentalistas que son los menos, suelen ufanarse públicamente de las bondades del sistema. La mayoría tiende a manejarse discretamente, como semi-concientes, entre el vértigo de tener dinero y la creencia que contribuyen a la sociedad. De este modo suelen anestesiar cualquier reflexión seria sobre los efectos sociales de su actividad. Suelen evitar el inevitable juicio sobre una actividad que a todas luces es rapaz. Y no beneficia a quienes se supone sino que en muchos casos es solo “un salvavidas de plomo”.

En Chile menos del 40% de quienes estudian en la educación superior terminan usando activamente la formación recibida. O sea la “universidad” solo beneficia realmente a 4 de cada diez ex estudiantes. La deserción alcanza al 40 % del total de los matriculados en alguna de la etapa del proceso de formación lo que supone una sangría para las familias que ven frustradas sus expectativas y comprometido su patrimonio. Para el grupo que representa Natividad 65 % deserta antes y solo un 13 % usará laboralmente lo estudiado. Los pobres van a endeudarse en las instituciones más miserables del sistema. 750.000 chilenos pasarán por la educación superior sin que les sirva más que para adquirir una deuda que la mayoría no podrá pagar.

Las deudas educacionales son la parte más pingue del negocio. Con una tasa francamente usurera de interés promedio del 6% las deudas que los ex estudiantes arrastran son impagables, hoy superan los 200 mil millones. Gracias a que los lucradores reforzaron su negocio con el aval del Estado quien le asegura al usurero que su deuda agigantada finalmente será pagada por Moya. Luego de reventar a un ex soñador con las cobranzas, el Estado termina pagando hasta tres veces el equivalente de una carrera completa. Solo por este procedimiento el fisco le transfiere a los “emprendedores” por cada estudiante que fracasa los recursos que hubiesen bastado para financiar a tres estudiantes exitosos.

La clase política elitista (fundamentalmente santiaguina), que se da maña para tener a un tío en la derecha un hermano en el centro y por si acaso a un primo en la izquierda ha contribuido por años a fortalecer estas políticas mercantiles. Antes que realizar cualquier intento serio de reforma, incluso antes de invocar el bien común ya han delineado el negocio particular. Al respecto, cerca del 80% de los chilenos rechaza el lucro en la educación. Más de cien mil ex estudiantes están en Dicom, mientras tanto el ministro Longueira les da ha entender que solo la gente deshonesta merece estar registrada allí.

El lucro les traspasa miles de millones a los capitalistas de la educación, 1,7 billones al año. En sus aulas no hay espíritu crítico, las horas son más cortas, la asistencia es falseada, los contenidos son ampliamente recortados. El lucro ve con sonrisa de mercachifle a sus clientes-victimas. No importan sus sueños, solo importan los pagares, las letras y las garantías. La calidad de la educación es la primera victima del sistema. A menos que estés dispuesto a pagar  hasta 10 veces más por su esquivo beneficio.

Encarando al mercurial artículo de la Segunda reproducido a nivel local a instancias de la UDI. Se debe aclarar que el problema no esta en que “Camila” quiera quitarle recursos a “Natividad”, el problema radica en que los lucradores ya definieron  que a quien mejor pueden esquilmar es las cientos de miles de Natividades que han comprado la promesa de una educación superior que las sacara de la pobreza. Una promesa tan falsa como las de felicidad inmediata que ofrecen las casas comerciales. Y que finalmente llevará solo a una de cada diez Natividades a su meta.

Volviéndose hacia el problema de fondo, hay que señalar que nuestra pretenciosa y poco ilustrada elite política en el Parlamento, recibe por cada uno de los elegidos, mes tras mes año tras año  10 millones de pesos mensuales promedio. A cambio de trabajar “para nosotros” y “por nosotros” y sin embargo tras décadas de despilfarro no han encontrado el modo de transferirle a nuestros jóvenes talentosos, solo 10 millones para que en cinco años se formen para todo su futuro.

Finalmente para no restarle a nadie su merito habría que decir que ¡si han tenido éxito! en transferirle miles de millones de dólares a los poderosos que controlan y explotan la economía y los recursos del país. Mientras tanto en Los Andes y San Felipe hay cientos de familias endeudadas y angustiadas cuyos hijos tienen deudas de profesionales y percibirán en el futuro solo ingresos de jornaleros.

Por: Alejandro Tapia, Concejal de Los Andes

Aconcaguanews.cl

 

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